Ya se está haciendo realidad lo que se rumoreaba a nivel de consultoras, profesionales, empresarios, etc.
La complejidad de la existencia de un sistema tributario donde deben convivir en forma armónica dos regímenes de tributación para las personas: El sistema de renta atribuida (14 A) o el sistema parcialmente integrado (14 B).
Debemos recordar que el proyecto inicial de esta reforma se anunciaba como el fin al FUT y además traería una simplificación al sistema tributario.
Quienes estudiamos esta materia ya notamos que el FUT se mantiene y que el sistema en vez de simplificarse, al combinar la existencia de dos regímenes opcionales, resulta ser complejo.
Tal como hoy se nos presenta el sistema de renta atribuida requiere una sincronización perfecta de toda la cadena de empresas que atribuyan rentas a sus socios o accionistas personas jurídicas, para que estos a su vez hagan lo mismo con sus dueños hasta llegar finalmente a las personas naturales.
Por su lado el sistema parcialmente integrado con una tasa mayor en el impuesto corporativo y un crédito reducido al 65% para ser usado finalmente a nivel de socios o accionistas termina castigando a la persona natural con una tasa final más alta.
Es cierto, le reforma tributaria recauda más, pero no le pone fin al FUT el cual puede seguir congelado como Walt Disney esperando ser resucitado en el futuro. (El FUT en su origen se consideraba como una medida transitoria, pero se quedo por más de 30 años en nuestro sistema tributario)
Después de más de 50 circulares del SII tratando de poner luz al funcionamiento de la reforma, aun quedan aspectos en terreno gris.
El ministro Valdes ya hizo el anuncio de «adecuaciones técnicas» que se enviarán por medio de un proyecto de Ley y recalcó varias veces de que esto no es una «reforma a la reforma».
Lorenzinni respondió algo de esto a CNN Chile. Les dejo video